jueves, junio 20, 2013

Soto: el Terror de las 3 materias.

Los números estaban siendo ordenados, explicados y presentados por un nodo.  Uno de Los Sotos del Terror (LSDT) ciudadano del pequeño pueblo, no mellaba o encogía ante tanta Reacción Nuclear Digital Fuerte (RNDF) que había impactado la virtualidad de su nación. Él mantenía la convicción de mantener en constante exposición a los números y sus operatorias. Así nacía el concepto de ofrecer Recursos Comprensibles de tal materia y con ello esperaba corregir la gnosis de sus conciudadanos.
Soto comprendía que: era necesario expandir su red hacia todo y cuanto individuo necesitara blindar las bases del razonamiento de la ciencia exacta y así disminuir la incertidumbre y aversión en la materia; para que las otras áreas del conocimiento obtuvieran el beneficio de cultivadores honestos, probos y joviales libres de las frustraciones.
También, se erigían –hipervinculados junto al nodo del .cl- dos sitios radicados en los dominios del .com. Uno se dedicaría a la física y otro a la química.
Pero no todo se hacia de forma fluida. Las desconexiones digitales, en las que estaba enfrascado el pequeño pueblo, eran evidentes: Bases de datos de contacto con las corporaciones domine estaban caídas; la gran “masividad” de información obstruía los comunicados del nodo y las barreras físicas dificultaban llegar con el mensaje hacia los extremos de la nación.
La evidencia más contundente se presentaba en el centro. Al estar concentrado el universo de establecimientos de formación secundaria en la capital, aquello también era contraproducente. Los ánimos estaban concentrados en demandas por la gratuidad de la educación y cualquier oferta –libre de pago- era mirada con recelo por los demandantes. Por el otro lado, estaban los que particularmente entregaban conocimiento y sus barreras para aceptar un nodo digital para reforzar la ciencia exacta, no estaba contemplado en sus directrices.
Salir a las calles y repartir información física no era consecuente con el nodo digital, pero la realidad de la desconexión y rechazo, forzaban emprender tal acción. Volantes de menor tamaño eran necesarios para multiplicar el aviso hacia los educandos; escritos en dimensión carta para los apoderados se hacia imperativo, ya que éstos eran los mayores interesados pero no contaban con una información del beneficio a recibir y dossier para los que comandaban los centros de educación, se debían repartir. Para estos últimos, la formalidad los condicionaba para hacerlos entender la acción del nodo concentrador de información visual, para reforzar la materia en cuestión.
El tiempo corría y en el año declarado de la innovación nuevamente la entrega de información del nodo se perdía.
Soto se expandía con sus ocurrencias y veía un conjunto de nodos adosados al del .cl, y con ellos quería armar una red completa de “asistencialismo” a la manutención y despegue de la gnosis de la población, menor, del pequeño pueblo.
Claro estaba que: si se blindaba el conocimiento en las ciencias exactas, la química y la física en un futuro, no muy lejano, la corrección de sapiencia sería inequívoca.
Al utilizar herramientas digitales y replicar actos físicos, estaba en conocimiento de todos pero muy pocos lo aplicaban como lo había diseñado Soto. En consecuencia, las materias estarían expuestas y desarrolladas por educadores nacionales, con la posibilidad de ser ejecutadas una y otra vez, por medio de las tecnologías digitales, la cuales estaban funcionando en el nodo primario radicado en .cl
Solo faltaba que, de una vez por todas, los del pequeño pueblo comenzaran a entender el beneficio por sobre el maleficio que ellos mismos configuraban dado su “modelamiento” social imperante.
En los mismos instantes en que este Soto hacia las materias se enfrentaría, parte de la sociedad del pequeño pueblo, a la marcha de las libertades sicotrópicas se enfilaría. Ahí Critor sus observaciones, grabaciones e interpretaciones configuraría. Los Sotos del Terror en su libertinaje se manifestarían y evidenciarían lo corregidos o lo extraviados que aún se mantenían.
En las redes digitales ya se podía ver coherencia en el firmamento digital y con esas anunciaciones, Keting a Critor asistencia en sus escritosle daba sin mediar. Ahora si que existían trinares de peso para poder enfrentar el desborde de los Sotos cuando orden, contención y acceso normados no están.
Venía la prueba para entender que mercados Los Sotos Del Terror (LSDT) generarían. Su mentor estaba eufórico y cálculos en su cerebro, comandado por su mente -la cual estaba gobernada por su espíritu- algo daría como resultado. No obstante, estaba Critor con él para presentar una mezcla de gananciales y alejarse del desgaste de los mercados; potenciar el nuevo orden de lo ganado, acelerando todo lo posible a los colegios que se estaban alineando.
La incursión hacia el centro del desastre ya estaba condicionada. Critor hablaría en extenso hacia un grupo de padres, madres y apoderados de un colegio en extremo precario, no por las deficiencias físicas, monetarias o de mobiliario. Allá, en los cerros del terreno de la gran batalla, las aspiraciones estaban mermadas porque la frustración a todos comandaba. Las aspiraciones anuladas quedaban y el lastre de la ciencia exacta pesaba.
El medrar no estaba contemplado, salvo unos pequeños destellos dentro del orbe que comprendía la zona de desastre. Educandos sin inspiración, educadores agotados, padres y apoderados desesperanzados y una dirección con restricciones del comando central, condicionaban para que el proceso educativo fuera cumplidor, más no transformador.
Los educandos saldrían con conocimiento básicos de las materias y el pensar en reforzar solo sería motivación de unos cuantos fijados en una nueva era pasando las vallas que estaban preparadas para probarlos en sus personales y cognitivas empresas.
Habría que retroceder hasta la cúpula de tal universo y plantearle a los supremos el ingreso, información y condicionamiento del reforzamiento a sus propios elementos de funcionamiento. Los padres y apoderados en este ruedo quedaban fuera de contexto.
La gratuidad en la obtención de la educación no había sido avisada ni declarada por el gobierno imperante y las demandas, nuevamente, se habían tensado. Uno a uno los colegios volvían a estancar sus operaciones y los educandos quedaban sin asistir a las aulas y recibir los conos de los cimientos.
Los portales estaban ya con contenido válido para blindar las bases y apoyar la ausencia de entrega de información de formación en las áreas del aprendizaje. Las matemáticas, la física y la química en digital podían sortear el nuevo periodo de atraso inminente; no obstante la adopción estaba condicionada por la misma idiosincrasia conspicua e ignota, la cual veía con recelo todo cuanto proyecto se le aproximaba e indicaba una aceleración con fijación.
Pero todo no estaba perdido. La aproximación en concreto con los estamentos supremos de la educación en la cuna de la patria, se habían confesado y proclamaban su voluntad para que el reforzador hiciera su ingreso, fuera escrutado y viera su inclusión en los procesos de formación de los educandos. Solo faltaba llegar a ver cuantos hijos de la patria serían incluidos en las plata-formas.
La politosfera hacia su juego en el último año del dominio imperante de los gremios. La gratuidad en la educación no había sido contemplada por éstos y las cosas se habían radicalizado en el acervo de los adolescentes. El freno de las actividades educativas en el sistema público, nuevamente se veía brotar y las cosas para los conos de los cimientos se configuraban desfavorables para abordar.
Paro y/o toma, aquello era un freno sin cuestionar. En los tiempos digitalizados, cada segundo importaba más que una general desaceleración de la cognición; sin embargo,  uno a uno se sumaban los colegios del pequeño pueblo, cesando sus funciones y deteniendo el avance.
Quedaba, entonces, avisar del REFORZADOR y ver si las mentes podían visualizar el beneficio por sobre el maleficio. Al ver como se detenían las fabricas de adiestramiento basal, el deber estaba en informar. Más allá, la cuestión no era posible abordar.

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