jueves, enero 24, 2013

Los Sotos del Terror.

Critor estaba en pleno conocimiento de las articulaciones por las cuales mercados, organizaciones y empresarios lograban sendas escaladas en los comercios. Dentro de Plantea G, se estilaban cronogramas para hacer encajar una economía regional y así, también, un producto en particular.
Se desestimaban poblaciones, países y gobiernos. A la hora de verse un conjunto de organizaciones proclives a la escases, estos comenzaban a ver nuevos puntos de ingreso, intervención y acción. El mundo totalmente interconectado por los instrumentos financieros, tratados bilaterales, convenios marcos de asistencia y la “hiperconectividad” de los usuarios finales, hacia estimar que ya se había llegado al limite del expansionismo.
Las mentes habían sido lo suficientemente golpeadas y fraccionadas. El modelo podía ser impreso a fuego por las pantallas y los heraldos no contaban con suficiente cobertura para virar el cauce del control adecuado al gasto, deuda y pago.

Critor, se dirigió  hacia Keting y Cador, conminándolos a producir a los Sotos. Keting, sin dudarlo, le indicaba que él lo apoyaría en tal acción; no obstante Cador fue más mesurado y analítico para responder a tal oferta:

-Con qué propósito tú vienes a ofrecer tal empresa???

-Sabes, de por sí, que las cosas en el pequeño pueblo son adversas para tal emprendimiento, Ono???

-La gran mayoría del pueblo no es apto para asumir el terror que pueden provocar en sus subyugadores, Ono???

-A la hora de estar haciendo esto, comenzaremos a distorsionar la composición del control. Asumirás ante nuestro padre tu responsabilidad como mentor del terror que se generará en nuestro hermano mayor y, a su vez, en los hermanos mayores del pequeño pueblo???

Keting tomaba lugar en tal reunión y dejó ver su tan arrojada disposición:
-Los Sotos del terror son importantes para nuestra evolución interpretativa y deductiva. Los grandes órdenes que hoy dominan a Plantea G, ya se han desbordado en sus consumos y ven con temor el desbaratamiento de sus constructos para con las huestes que mueven sus máquinas.
El padre de nuestro mejor amigo, nos ha enviado a esta esfera de vida y en ella debemos dejar los Sotos bien arraigados y con accesos perennes. Además de inculcar la inminente evolución a la que serán sometidos y las revelaciones que marcarán sus destinos. Los del pequeño pueblo han de tener la oportunidad y deber nuestro es entregar el vehículo con el cual puedan acceder a mayor nivel de evolución, control y contacto con las emisiones del Creador.

Critor no se quedó solo con las palabras de Keting y estaba listo para replicarle a Cador sus aprehensiones para con los Sotos del terror.
-Aquellas empresas están en marcha en Plantea G y, en nuestro pequeño pueblo, ya está en funciones de forma reducida y discretamente ocultas; sin embargo, mi intención no es seguirlos pero si replicar sus acciones, desviándome de sus intenciones y procurando una regulación de las operaciones, involucrando a los tres estadios de esto (agro, comercio y consumo)
El gran obstáculo del pequeño pueblo es su carta magna y la presión que ejerce la inamovilidad de los preceptos instalados como bienhechores; versus los actos malhechores que atentan contra la civilidad y la estabilidad de lo establecido.
Dado que los mercados son feroces, los comercios brutales y los consumos indomables, yo propondría ciertas líneas para que los Sotos comenzaran a ser autorizados, normados, controlados y protegidos. Es imperativo que en algún momento del tiempo de la nación que nos tocó defender, sus huestes basales reciban una liberación e intervención para la corrección.
Es evidente que los árboles del terror son una atrevida propuesta, pero más desgraciado sería que los mercados, comercios y consumos dictaran, perpetuamente, la evolución de las huestes. De una u otra forma desgataríamos hasta el mismo vacío al pueblo y es imperativo sembrar una concepción verde sin restricción.
Todos los elementos y estamentos deben estar preparados para adecuarse a la nueva nomenclatura que hemos de instalar. Nosotros tenemos la responsabilidad de obedecer al Padre y la obligación de entregarle lo que necesita. Nuestro Hermano mayor en esto nos apoya y él se entenderá con los hermanos mayores del pequeño pueblo.

Cador ya veía que sus aprehensiones no serían suficientes para detener el florecimiento de los Sotos. Critor y Keting argumentarían sin descanso y ellos confiaban en plantearse de forma incuestionable para ver surgir a los árboles del terror. Siendo así, Cador se postró y pidió guía hacia sus sistemas superiores, con la finalidad de encontrar lineamientos coherentes para dar emplazamiento adecuado, óptimo, seguro y perenne al advenimiento de la luz: Brillos para los sometidos y una incuestionable e inminente oscuridad para los subyugadores.

Los Sotos del Terror tenían que ver la luz según Keting. La información del florecimiento del embrutecimiento estaba accesible y ella daba cuenta de un cierre mayúsculo de las mentes, raciocinios y voluntades. Además de la orquestación constante de los subyugadores para con el control total sobre la población.
Ideas fuerzas estaban incrustadas para mantener una imagen de exitismo desenfrenado y prolijidad sin miramientos. Desfachatez para ser jueces de lo no comprendido y catalogado como absurdo, estaba impresionantemente enarbolado para que la idea del bienhechor fuera como los subyugadores querían imprimir en el contexto general, pero…
Había que ingresar de lleno en las mentes que habían sido amansadas. Era necesario hacer nacer un concepto único de avance, desarrollo y evolución. Sacar a la gran mayoría del ruedo macabro de la legalidad servil a unos pocos y represora para el resto. Ingresar un concepto nuevo para que las nuevas formas de desarrollarse superaran a todos en Plantea G y así conseguir que los procesos tuvieran, en forma generalizada, las in-versiones.

Cador mantenía su postura cauta y recatada, mezclada con una sigilosa y virtuosa actitud para con los Sotos del Terror. Él estaba al tanto del avance de otros sectores, dentro del pequeño pueblo y en otras latitudes en Plantea G. Sin embargo, estaba proclive a virar todo cuanto se pudiera hacia las in-versiones.
Mucha de la población precaria, no debía entrar libremente al fruto de los Sotos del Terror. Había que normar muy inteligentemente el acceso al árbol y después asegurar consumos coherentes y auto recesivos. La idea era poder entregar chispas de luz, sin segar con luminosidad extrema.
Malhechores, displicentes, arteros y vengativos debían ser filtrados para que sus características fueran tratadas y luego evaluar su potencial aproximación hacia los Sotos. Una edad fijada, con antelación, serviría para dar el salto hacia la dimensión del fruto del árbol. Por último, estarían preparados todos los componentes y actores para extraer a quienes por insinuación o divagación, evidenciaran un descontrol y pavor hacia el Terror.
Cador no quería y estaría al tanto de los eventos que se presentaran en contra de los Sotos del Terror; no obstante, estaba en su fuero interno que tal macizo no podía estar más tiempo proscrito en el pequeño pueblo. Debía entrar un concepto claro, fijado y ágil de in-versión.

La falta de gnosis, inventiva y creatividad para producir cuentos, fábulas, historias, escritos y así aumentar capacidades de imaginación e invención en la población del pequeño pueblo era lo que más le interesaba a Critor. La escasees en el área de las creatividad era evidente y el fenómeno de la subyugación se imponía sin resistencia alguna.
La población del pequeño pueblo tenía sus días contados, si la situación continuaba así. Todos los elementos por los cuales los fenómenos del mercado, comercio y consumo estaban siendo sostenidos y apoyados terminarían por asfixiar lo poco y nada que quedaba en la creatividad del acervo de la población.
Plantea G ya era una máquina para los subyugadores. Interconectada en su totalidad, la esfera de vida  mantenía en sus superficie una camarilla de indolentes y bestiales humanos que mantenían al resto en el esclavismo mediático, dominativo y dogmático. Siendo así, Critor esperaba germinar en el pueblo una concepción de creatividad sin límites, para contrarrestar e in-verter el proceso de auto eliminación de la conciencia.
Por ello estaba determinado y encausado; más cauto en el surgimiento de los Sotos, los árboles del Terror.
fijate.cl

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los Sotos del terror germinarian la conciencia y el polen de sus frutos se esparciria por los cuatro vientos llevando el saber a todos los rincones, amalgamando ideas concientes en mentes abstraidas racionalmente. Los árboles del terror serían de hoy en más las salvación de los habitantes de Plantea G. y el terror de lista sistemas y fuerzas gobernantes y dominantes.

 
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